Uno de los siete principios del código del Bushido es REI, es
decir la Cortesía. Dicen de esta que es tal vez la primera y más importante norma del Bushido, que
todo estudiante de Budo debe conocer y practicar sea la Cortesía. Y que debe ser
considerada como una manifestación de simpatía y respeto por los sentimientos
del prójimo sin que se confunda con una forma mecánica de comportamiento
hacia los demás. Es decir, la cortesía debe ser algo lleno de contenido, una
muestra de respeto y no llegar a convertirse en una forma de hipocresía, en un
gesto vacío. Esto puede pasar inadvertido por cualquiera en cualquier
circunstancia aunque no deje de ser una lástima que muchos elijan comportarse
de una forma más propia de primates que de seres humanos. Considero que hay
jóvenes que detrás de la práctica de las artes marciales trata de emular a sus héroes
ficticios o vivir una, llamémosle realidad alternativa. Creo que no es labor
del Sensei de un Dojo estar corrigiendo las normas básicas de educación,
respeto y cortesía de alguno de sus alumnos respecto a los demás puesto que lo deberían llevar aprendido antes de ponerse un kimono. Esa Cortesía debería
acentuarse en el trato con los que puedan llevar menos tiempo y/o tengan menos
experiencia, pues es un signo de grandeza y calidad humana. Algunos practicantes jóvenes de artes marciales deberían saber, recordar o
entender que detrás de las películas de Samuráis, los comics, etc. hay una
esencia que para muchos todavía vive de alguna manera y debemos protegerla lo mas limpia posible para
que llegue a los que vienen detrás de nosotros. A lo largo de mi vida he practicado entre
otras artes; Karate-Do, Kobudo, Defensa Personal, Judo y ahora aprendo Kendo. Tengo
31 años y dentro de pocos meses seré padre si la Providencia lo permite, estos
datos obviamente son desconocidos para algunos compañeros mucho más jóvenes que
ignoran quien es o de donde viene el tipo que tienen delante con un Shinai y cara de pérdido, pues sabe menos e intenta aprender. Convendría que
muchos jóvenes recordaran que la vida no es ninguna película y guardaran el respeto que
merecen ciertas prácticas de las que ahora forman parte, y que recuerden que el
respeto, y los buenos modales van en ambas direcciones, no sólo hacia quienes
llevan más tiempo en una actividad o al maestro, ya que encarnar una filosofía y práctica
tan venerable como el Kendo, por ejemplo, no es sólo creerse un samurái contemporáneo,
es comportarse como tal al menos dentro del Dojo.
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